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Crónicas de Pixeles, Sudor y Vectores II – Bocetar, bocetar, bocetar…

«…el único contacto humano verdadero

con el resultado final…»

Hace unos días, aprovechando de buena manera el puente por las fiestas patrias, dediqué el día entero a una labor que hacía mucho no realizaba, ¡limpiar la casa!. Se que suena terrible, pero dejando atrás dos o tres estornudos por el polvo y una que otra avalancha de cosas amontonadas, fué grato reencontrarme con trabajos, ilustraciones y tareas de mis tiempos universitarios.

Mientras revivía viejas memorias, hubo algo que absorbió toda mi atención, hojas tras hojas de bocetos, cuadernos llenos de rayones, servilletas, cartones, hasta folletos de propagandas que guardaba por lo interesante de sus diseños, a fin de cuentas, cualquier superficie era ideal para bosquejar las ideas de mis proyectos, ilustraciones o simples divagaciones de la mente.

Meses atrás escribí un post dedicado a un libro que trata del tema que quiero plantear en esta publicación, quiero externar mi punto de vista del boceto, aunque vaya después de la lluvia de ideas, esta fase es donde aterrizamos la idea que se origina en nuestra mente, es como lanzar el anzuelo y en cuanto llega al agua comienza a ser más y más llamativo para el objetivo que queremos pescar.


Algunos años atrás, tuve la oportunidad de tener una plática con dos muy buenos diseñadores que radican en el estado de Veracruz, uno de ellos me preguntó acerca de mi proceso de diseño, si era como ellos a la «antigüita» cargando con portaminas, lápiz, pluma o carboncillo para plasmar lineas en el momento que estuviéramos inspirados, o si era de la «nueva generación» que dedicaba minutos para buscar una imagen en internet y a partir de ahí vectorizar la silueta y llegar al resultado final. Mi respuesta fue que tenia un poco de ambas, pero que algunas veces solía brincarme algunos pasos para ahorrarme tiempo en las entregas. Esta persona que de verdad quiere a nuestra profesión, que es mas que un trabajo, es una labor «espiritual», me aconsejó casi de manera poética que en estos días la tecnología nos separa poco a poco de las viejas técnicas de ilustración, diseño, lectura, comunicación y el contacto humano, y que es necesario mantener mediante el boceto el alma de nuestras composiciones ya que es muchas veces el único contacto humano verdadero con el resultado final que es el que irá con el cliente y la gente a la que va dirigido nuestro diseño.

La realización de un boceto es esencial para determinar espacios y formas definitivas en nuestro diseño, nos da una mejor visualización de los elementos que vamos a vectorizar y nos hace respetar el trazo original ya que solo refinamos las lineas de grafito o tinta con unas digitales. Al respetar en su mayoría los trazos originales del boceto, imprimimos esa naturalidad orgánica con el que se forman nuestros diseños, no sólo es unir nodo con nodo, se tratar de emular el realismo de una técnica manual, podemos ir más allá de los lineamientos predeterminados por los grosores de las lineas, las transparencias o los degradados. Un boceto nos lleva a experimentar más lejos, a buscar el resultado esencial, el más efectivo, que no sólo alimente nuestra labor como comunicador social, si no también, satisfaga nuestra visión como creativo, diseñador y artista visual.

Los invito a que bocetemos tanto como podamos antes de encarar un proyecto, que nuestras dudas queden en el papel antes de que lleguemos a la computadora, y sobre todo, que cumplamos no sólo con los requerimientos de nuestros clientes o profesores, que nuestro logo, ilustración, cartel, calca, botón, etc., nos llene de satisfacción profesional y artística.

Sato

Diseñador, Ilustrador y futbolista...